jueves, 18 de agosto de 2011

El Guión de las Manías

Las Manías

(Llegan todos los maniacos al consultorio del psiquiatra, esperan a que él les hable para pasar a la sala. Entra el psiquiatra con paso lento, acompañado de una enfermera sexy, y se para en frente de los maniacos)

Psiquiatra: (le tiembla la voz de miedo) Pasen, pasen. Sean bienvenidos a este lugar, mis queridos maniacos locos, pasen ya y tomen asiento.

Enfermera: (Les hace ojitos a los maniacos varones) Siéntense señores, aquí hay lugar para ustedes. Traten de formar un círculo en orden, bueno, (risa coqueta) el mejor orden que puedan ya que no se le puede pedir a un loco orden ¿verdad?…

(Entra un ayudante del psiquiátrico)

Ayudante: Aquí estoy doctor para lo que requiera; uno nunca sabe cuando un loco va atacar (risa macabra, se truena los nudillos).

Psiquiatra: Sí, gracias Antonelo, esté atento a las reacciones de ellos pues son peligrosos… yo lo sé bien (pone cara de susto y tiembla ruidosamente).

Ayudante: Si señor, aquí estaré a cualquier señal para calmarlos (saca una cuerda de su bolsillo y camina alrededor de los maniacos).

Psiquiatra: bueno, bueno, ya empecemos. Para iniciar quiero que todos se conozcan y se presenten a los demás ¿ok? empecemos por Anthuan.

Anthuan: Bueno, hola yo soy Anthuan tengo 25 años y vengo a tratar de solucionar mi sexo-manía-adicción, la tengo desde los11 años. (Mira de forma lujuriosa a la enfermera sexy y se frota las manos).

Perla: Hola, soy perla, tengo 21 años y quiero controlar mi manía por las compras pues es que apenas veo algo que me agrada y termina en mi posesión y eso en realidad me asusta… por cierto doc, ¿en cuánto me vende su reloj y su corbata? ¡Están muuuy bonitos!

Psiquiatra: (Pone cara de susto) No los vendo…

Perla: (Se enoja y grita) ¡Pero yo los quiero!

Psiquiatra: (también grita y se agarra la corbata) ¡Que no!

Perla: Pero… (Gimotea y se limpia lágrimas de desesperación)

Psiquiatra: ¡No!... sigamos con esto; a ver, Arthur preséntese.

Arthur: (Pone cara de intelectual) Me llamo Arthur tengo, 20 años, me gusta la filosofía, la sabiduría y saber de todas las cosas intelectuales, (hace un gesto altanero con la mano) dicen que eso es una manía y por eso me trajeron aquí, y nada más vengo para que me dejen seguir con mis intelectualidades fumadas que nadie entiende porque sólo YO sé que es cierto y que no… (Mira a los demás con cara de desprecio y aburrimiento, y fija la mirada en Naori).

Naori: (Nerviosa, deja una torta gigante al lado) Me llamo Naori, soy de Guanajuato, tengo 27 años y yo nunca me intereso por el conocimiento, tengo manía por la comida: me gusta comer hasta que siento que voy a reventar, entonces me pongo a saltar hasta que eructo (se para y se pone a saltar) y puedo seguir comiendo (le da una mordida a la torta y la deja a un lado de nuevo mientras se limpia con la manga de Joaquín). Pero yo ya no quiero comer tanto porque ningún hombre se fija en mí… ¡ayúdeme doc! (se pone a llorar escandalosamente).

Psiquiatra: (Se para y le da palmaditas en la espalda temblando) ya, ya, contrólate ya veremos la manera de controlar tu apetito de ballena ¿sí?, deja que se presente el último maniaco por favor (le da su pañuelo a Naori).

Naori: (Toma el pañuelo y se suena la nariz ruidosamente) Sí, sí, ya me controle prosiga doc… (Le devuelve el pañuelo al psiquiatra, él lo ve con asco y lo avienta al público).

Joaquín: (Se para y comienza a dar vueltas por la sala mientras el ayudante intenta atraparlo sin conseguirlo) Gracias por callarte Neori, bueno tengo 30 años y vivía en España ayer, hoy en México y mañana viajo a París y es por esto que estoy aquí creo que hay un desorden en mi… soy impulsivo, no puedo estar quieto, necesito moverme (lo atrapa el ayudante)…¡ me gusta ser libre! (forcejea con el ayudante hasta que es sentado de manera brusca y amarrado con la cuerda).

Psiquiatra: (Mira a todos los maniacos y se afloja la corbata mientras se limpia el sudor con cara de susto) ¡Glup! Señores y señoritas, su forma excesiva y su manera de hablar y actuar de una cosa es una manía, un deseo desequilibrado que tiene que ser controlado o terminaran en un hospital siquiátrico tratando de parecer normales. ¡Oh cielos! ¿Alguien quiere decir algo más?

Anthuan: (Sigue viendo a la enfermera sexy y le guiña el ojo, ella se acerca y le planta un beso) Bueno, yo quiero seguir hablando de cómo inicio mi sexo-manía-adicción. Fue a la edad de 11 años cuando inicie mis primeros actos sexuales: penetraciones, orgias, tríos, y alguno que otro juego más… ¡ah! Lo recuerdo como si hubiera sido ayer (mete la mano a su saco y saca muchos envoltorios vacíos de condones). Yo ya no era un niño tenía la mente amplia y abierta a todo lo relacionado con el sexo… siempre he sido un tipo al que le gusta lo bueno (intenta darle una nalgada a la enfermera sexy pero ella se quita y él se cae de la silla).

Psiquiatra: (Mueve un dedo a forma de regaño) Anthuan es necesario recapacitar sobre si lo que haces es lo mejor para ti y para tu “amigo” (señala hacia abajo indicando que se refiere al pene) pues créeme que eso de andar de caliente no te dejará buenas satisfacciones porque o te da una gonorrea o un buen sida que ¡ni con un bote completo de viagra te va a levantar!

Anthuan: (Con cara de susto) ¡Dios me libre de dejarlo!... (pone cara soñadora) es que sentir el éxtasis de las penetraciones, la liberación del orgasmo y el corazón como caballo desbocado… ahhhh, te deja un buen gusto y quieres volverlo hacer. Ni que cuando la suegra te encuentra puedes detenerte: créame doc, la carne es la carne.

Psiquiatra: (Se rasca la cabeza confundido y se voltea a ver a Naori) Bueno y tú qué me dices comedora compulsiva ¿o debería decir señorita-apetito-de-ballena?

Naori: Ay doc (pone su mano dramáticamente en su frente) pues qué le puedo decir: esta manía por comer inicio en mi niñez cuando jugar ala comidita era divertido… las galletas saladas con helado de chocolate eran mi delirio, pero ahora es frustrante saber que como como un cerdo y no lo puedo evitar, y es que nada más veo unas chalupitas con salsa, unos huarachitos bien calientitos o unos taquitos de birria…. ay, ¡ya me dio hambre! (saca un plato con unas enchiladas mineras).

Enfermera: (Con cara de asco le quita el plato de comida) Si no comes cosas sanas terminaras pagando unos $15 000 000 000 de pesos por una buena lipo-escultura y nunca tendrás un cuerpazo como el mío (se pone las manos en la cintura y se da una vuelta, Anthuan babea y aúlla como un perro) pero si quieres seguir comiendo pues come.

Psiquiatra: (Con cara de molesto) Señorita enfermera, no atonte a los pacientes, ¿no ve que babean tanto que ya parece alberca?... Naori, tu no necesitas un psiquiatra, ¡necesitas que te cosan la boca! Sólo tienes que poner una foto de una gorda o la de una de tus tías solteronas en la puerta de tu refrigerador y verás si no dejas de comer.

Naori: (Se levanta de la silla y corre a abrazar al psiquiatra llenándolo de comida) hay gracias, gracias doc; yo pensé que me iba a dar un choro de loquero.

Psiquiatra: (Se limpia la comida) sí, sí, ya cállate y siéntate. Ahora escuchemos a perla.

Perla: Bueno es imposible que yo pueda dejar de comprar pues apenas salgo a la calle y veo algo me digo “esto me queda muy bien” y lo compro: blusas, bolsas y accesorios, perfumes, perritos chihuahua como el de Britni Espires o el de Maddonna. Hay doc, ya en serio, véndame su corbata…

Psiquiatra: (Se jala el pelo desesperado y grita) ¡Otra vez la burra al trigo! Mira Perla, tú lo que definitivamente tienes que hacer es quedarte sin dinero para que cuando quieras gastar no traigas. Regala tu dinero a la sociedad de compradoras compulsivas anónimas, no seas coda.

Perla: Pues lo voy a pensar doc nada más espero que lo que me dijo sirva si no compro un abogado y un juez y lo demando por impostor ¿me oyó?

Psiquiatra: (Se soba las sienes) Compradoras compulsivas, quién las necesita a excepción de las tiendas. Luego terminan algo así a la Tigresa o María Félix: viejas, amargadas, feas y hasta vanidosas.

Joaquín: (Sigue forcejeando para que lo suelten, habla muy rápido) Bueno, ya avancemos que no terminamos y tengo que llegar hoy a Paris. ¡Suéltenme ya, suéltenme ya!

Psiquiatra: (Sujetando a Joaquín junto con el ayudante) Hombre, esta manía suya de ir de un lugar a otro a cada rato… pues ¿de quién huye?

Joaquín: (Con cara de loco desesperado) ¡De mi suegra! Es que usted no sabe doc, nada más llega y luego luego empieza como perico en primavera, no deja de hablar ni en misa… no la soporto.

Psiquiatra: (Con cara de compresión) Ah, ya sé que tiene usted: suegra-fobia, o temor incontrolado a la madre de la esposa, con tendencias paranoicas y de huida. Lo siento mucho Joaquín, su problema no tiene solución; nada más le recomiendo que no lleve a su suegra a Jerusalén cuando ya estire la pata porque dicen que alguien se murió ahí y resucitó al tercer día, mejor no se arriesgue.

Joaquín: (Pone cara de susto) Gracias por el consejo doc.

Psiquiatra: De nada mi amigo… Y usted Arthur, ¿qué tiene que contarnos?

Arthur: Si, mire siquiatra, el amor a la humanidad es poco pues lo material a vaciado nuestros corazones y dejado sin el sentir humanitario buscando solo una superación personal acosta de sus propios principios éticos y morales por lo que dejamos atrás todo sentimiento importante.

Psiquiatra: (Se rasca la cabeza) Eh, creo que no le entendí pero bueno, prosiga.

Arthur: (Pone cara de enloquecido) Nos hemos convertido en déspotas dictadores de la sociedad que únicamente buscan la conquista del mercado laboral por medio de planes macabros como el de robar todas las galletitas y dulces del mundo para dárselos a los niños hasta que se vuelvan hiperactivos y destructivos, y entonces los padres del mundo entero suplicarán. ¡Entonces me darán lo que quiera y pediré ser dueño del mundo para poder tener mi corona de chocolate como siempre lo he soñado! (se ríe macabramente)

Psiquiatra: (Se vuelve a jalar el cabello y tiembla de miedo) Ay este si ya me dio miedo, ¡Antonelo! a este si te lo llevas al psiquiátrico, está más loco que todos estos juntos…

Arthur: (Se para de su silla, corre y grita enloquecido. Los demás corren asustados y salen del consultorio) ¡Nooo! Jamás podrán encerrarme e impedir que conquiste al mundo, yo soy el rey (risa macabra mientras el ayudante lo agarra fuertemente)

Psiquiatra: ¡Sí, sí; ya llévatelo Antonelo!

(Sale el médico asustado y atrás el ayudante arrastrando a Arthur que sigue gritando que es el rey, mientras que los demás maniacos se rascan la cabeza confundidos)

FIN

domingo, 14 de agosto de 2011

Mujeres en Peligro de Extinción


El irrespeto por la naturaleza ha afectado la supervivencia de varios seres, y entre los más amenazados está la hembra de la especie humana. Tengo apenas un ejemplar en casa, que mantengo con mucho celo y dedicación, pero en verdad creo que es ella la que me mantiene.
Por lo tanto, por una cuestión de auto-supervivencia, lanzo la campaña “Salvemos a las mujeres“. Tomen de acá mis pocos conocimientos sobre la fisiología de la feminidad, con el fin de que preservemos los raros y preciosos ejemplares que todavía quedan:

1. Hábitat: La mujer no puede vivir en cautiverio. Si está enjaulada, huirá o morirá por dentro. No hay cadenas que las aten y las que se someten a la jaula pierden su DNA. Usted jamás tendrá la posesión sobre una mujer; lo que la va a atar a usted es una línea frágil que necesita ser reforzada diariamente.

2.Alimentación correcta: Nadie vive de la brisa. La mujer vive de cariño. Dele en abundancia. Es cosa de hombre, y si ella no lo recibe de usted, lo buscará en otro. Besos matinales y un “yo te amo” al desayuno las mantienen bellas y perfumadas durante todo el día. Un abrazo diario es como el agua para los helechos. No la deje deshidratarse. Por lo menos una vez al mes es necesario, si no obligatorio, servirle un plato especial.

3. Flores: También hacen parte del menú. mujer que no recibe flores se marchita rápidamente y adquiere rasgos masculinos como la brusquedad y el trato áspero.

4. Respete la naturaleza: ¿No soporta la TPM (tensión pre-menstrual)? Cásese con un hombre. Las mujeres menstrúan, lloran por cualquier cosa, les gusta hablar de cómo les fue en el día, de discutir sobre la relación. Si quiere vivir con una mujer, prepárese para eso.

5. No restrinja su vanidad: Es propio de la mujer hidratar las mechas, pintarse las uñas, echarse labial, estar todo un día en el salón de belleza, coleccionar aretes, comprarse muchos zapatos, pasar horas escogiendo ropas en un centro comercial. Comprenda todo esto y apóyela.

6. El cerebro femenino no es un mito. Por inseguridad, la mayoría de los hombres prefiere no creer en la existencia del cerebro femenino. Por ello, buscan aquellas que fingen no tenerlo (y algunas realmente lo jubilaron). Entonces, aguante: mujer sin cerebro no es mujer, sino un simple objeto decorativo. Si usted está cansado de coleccionar estatuillas, intente relacionarse con una mujer. Algunas le mostrarán que tienen más materia gris que usted. No les huya, aprenda con ellas y crezca. Y no se preocupe; al contrario de lo que ocurre con los hombres, la inteligencia no funciona como repelente para las mujeres.

7. No haga sombra sobre ella… Si usted quiere ser un gran hombre tenga una mujer a su lado, nunca atrás. De esa forma, cuando ella brille, usted se bronceará. Sin embargo, si ella está atrás, usted llevará una patada en el trasero.

8. Acepte: Las mujeres también tienen luz propia y no dependen de nosotros para brillar. El hombre sabio alimenta los potenciales de su compañera y los utiliza para motivar los propios. Él sabe que, preservando y cultivando la mujer, él estará salvándose a sí mismo.
Mi amigo, si usted piensa que la mujer es demasiado costosa, vuélvase GAY.

Luis Fernando Verissimo

martes, 24 de mayo de 2011

Recordando a Jaime Sabines II


Tu cuerpo está a mi lado  

Tu cuerpo está a mi lado fácil,
dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo y acaricio
tu pelo enamorado
.
Esta mortal ternura con que callo te está abrazando a ti
mientras yo tengo inmóviles mis
brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo en que
descansa tu cansancio
, tu blando seno oculto y apretado y
el bajo y suave respirar de tu vientre sin mis labios.
Te digo a media voz cosas que invento a cada rato y me pongo de veras triste y solo y te
beso como si fueras tu retrato. Tú, sin hablar, me miras y te aprietas a mí y
haces tu llanto sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas se ponen a escuchar lo que
no hablamos
.

Recordando a Jaime Sabines I







He aquí que estamos reunidos

He aquí que estamos reunidos
en esta casa como en el Arca de Noé:
Blanca, Irene, María y otras muchachas,
Jorge, Eliseo, Oscar, Rafael...

Vamos a conocernos rápidamente
y a fornicar y a olvidarnos.


El buey, el tigre, la paloma, el lagarto y el asno, todos
justos bebemos, y nos pisamos y nos atropellamos
en esta hora que va a hundirse en el diluvio nocturno.
Relámpagos de alcohol cortan la obscuridad de las pupilas
y los truenos y la música se golpean entre las voces desnudas.
Gira la casa y navega hacia las horas altas.

¿Quién te tiene la mano, Magdalena, hundida en las almohadas?
¡ Qué bello oficio el tuyo de desvestirte
y alumbrar la sala !



¡Haz el amor, paloma, con todo lo que sabes:
tus entrenadas manos, tu boca, tus ojos,
tu corazón experto!
He aquí la cabeza del día, Salomé,
para que bailes delante de todos los ojos en llamas.
¡Cuidado, Lesbia, no nos quites ni un pétalo de las manos!
Sube en el remolino la casa y el tiempo sube
como la harina agria.


¡Henos aquí a todos, fermentados
brotándonos por todo el cuerpo el alma!







jueves, 24 de marzo de 2011

Tengamos Sexo

Te tomo y me tomas, tus besos recorren mi cuerpo: mi cara, mis senos, mi abdomen, mi pubis. ¡Los colores del placer son tan llamativos!

Desesperadamente pido más, quiero perder el juicio, la razón… inundarme de la locura,
de tu sexo, de ti.

Hazme para ti, moldea mi cuerpo a tu placer y a tu boca. Deléitate hasta el cansancio en mi orgasmo.

¡Tengamos sexo desenfrenado!
Y después hagamos el amor… Tengamos sexo como si fuéramos los últimos amantes del mundo, el último pecado lujurioso. Y después hagamos el amor como si del ardor surgiera la ternura.

Y ahora te memorizo… tu rostro, tus labios, tu cuello, tu ombligo y tu sexo. El placer es profundo, infinito y finito, la penetración del cuerpo, acto, la penetración del ama, sentimiento.

¡Adentro, tan adentro de mi alma como puedas! Tan adentro de tu cuerpo como alcance… penétrame.

Tengamos sexo y después hagamos el amor.