sábado, 31 de julio de 2010

Para matar al tiempo



Quizá el tiempo es ese campo minado


donde los minutos y segundos quedan esparcidos:


cadáveres de recuerdos, sueños inanimados,


metas victoriosas y tal vez uno que otro dictador.





El espacio de un crimen,


el tiempo perdido que se llora de tan muerto que está.


¡Hay pobre tiempo!





Para matar el tiempo tan sólo hay que apuntarle con la pistola.


Para matar el tiempo sólo tienes que ahorcarlo...


O mucho mejor: para matar el tiempo


tan sólo tienes que prestarle al vacío tu ingenio,


que burlándose del mar de ideas y creaciones


tira por el fin del mundo - por la borda de este barco mental -


la necesidad de actuar, interaccionar, estar en la vida y no sólo


pasar por ella... ¡en fin!





Entonces sí que lo mataras, al tiempo... ¡pero de aburrimiento!












[Final alternativo, bueno, a decir verdad es el final original. Esto fue escrito una noche de acaparación y derroche de tiempo, en parte por culpa de terceros y en parte por culpa de esta escritora que permitió a la aburrición entrar en su espacio, siendo esta invasión producto de la inactividad. Por fortuna esto fue corregido, y en el actual momento incluso mejorado.]




O mucho mejor.Para matar al tiempo tan sólo tienes que prestarle tu
computadora a tu madre, tu tía y una amiga. Entonces sí que lo mataras... ¡pero
de aburrimiento!